La empresa será el segundo minorista en realizar una prueba piloto de la solución de Proximus, para identificar dónde se encuentran los carros y canastos que se usan en las tiendas, además de ofrecer un análisis sobre la conducta de los compradores.
Por Claire Swedberg
julio 24, 2014 -
Carrefour, el operador multinacional de cadenas de venta minorista, está planeando probar las balizas Bluetooth para hacer un seguimiento de los movimientos de los carros en tres de sus tiendas de Madrid este otoño. La tecnología, ofrecida por Proximus, está diseñada para hacer el seguimiento anónimo de los compradores a medida que se mueven por las tiendas, identificando no solo a un comprador individual, sino al carro que está usando. Aunque, a largo plazo, la idea de Proximus es ofrecer la solución como parte de un programa de fidelidad de un minorista, que haría un seguimiento de las personas a través de sus teléfonos celulares (siempre que estos así lo quieran), el primer paso, simplemente, es determinar la ubicación de los carros, en lugar de identificar a los compradores que los usan, según explica Jorge García Bueno, cofundador y CEO de Proximus.
Bueno y los otros dos cofundadores de la empresa lanzaron Proximus en septiembre de 2013, para desarrollar y vender un producto tecnológico que permitía que las empresas se conectaran mejor con sus clientes, de forma similar a cómo se conectan actualmente las tiendas en línea. Por ejemplo, el ejecutivo dice que los minoristas de venta en línea pueden identificar qué productos han sido vistos y luego adaptar la publicidad a la persona que los vio, de acuerdo con esa información, mientras que las tiendas físicas no cuentan con esa opción. Los fundadores de Proximus primero abrieron la empresa conocida como beMee, que aprovechaba la tecnología Wi-Fi para hacer un seguimiento de la ubicación de los carros. Luego, con la llegada de los iBeacons y el lanzamiento del kit de desarrollo del software iOS 5 (SDK) de Apple, crearon Proximus para concentrarse en soluciones que aprovechan las etiquetas a batería, que transmiten señales de 2,4 GHz y que cumplen con el estándar de Bluetooth Low Energy (BLE).
La empresa, que tiene su sede central en España, pero que también cuenta con una oficina en Londres, ahora está probando y lanzando su tecnología en fases. La primera fase involucra al sistema que ahora se instala en las tres tiendas de Carrefour. La solución está compuesta por balizas Bluetooth a batería, cada una de las cuales transmite un número de identificación único, a través del protocolo de BLE, y por los sensores que reciben esas transmisiones y envían los datos a un servidor basado en la nube, a través de una conexión Wi-Fi o cableada. Aunque el próximo paso incluirá el uso de teléfonos móviles (los clientes cargarían una aplicación que permite que el teléfono transmita los datos de BLE), inicialmente, no se usan teléfonos en el sistema.Proximus contaba con un proveedor que fabricaba las balizas y los sensores, y creó el software basado en la nube para gestionar los datos recopilados. Bueno explica que, en la primavera, Proximus dedicó tres meses a la prueba piloto de la tecnología en dos pequeñas tiendas de alimentos Nisa, en Londres. La prueba piloto finalizó este mes, y ahora la empresa está instalando el sistema en tres supermercados Carrefour, con fecha de lanzamiento para el otoño de 2014.
Con la prueba de Nisa, se colocaron algunas balizas en los canastos de compra y se instalaron, aproximadamente, siete sensores en los techos de cada tienda. Los dos sitios tienen unos 50 canastos cada uno, dice Bueno, aunque no todos estos están equipados con balizas. Sin embargo, las balizas que se usaban allí transmitían una señal a intervalos regulares, que era recibida por los sensores del techo, y el software empleaba los datos de los sensores para determinar los movimientos de cada canasto, a medida que los clientes se trasladaban por la tienda. El sistema implementado en las tiendas Nisa podía indicar la ubicación, aproximadamente, a 1,5 metros (4,9 pies), dice Bueno, lo que ofrecía un nivel de detalle suficiente para saber en qué pasillo se encontraba el canasto de una persona. De esta manera, el software sabía a dónde iba el comprador, dónde se detenía, cuánto tiempo estaba en el área de cajas y cuándo el canasto volvía al área de almacenamiento para que lo usara otro comprador, lo que demostraba que la persona ya se había retirado de la tienda.
Bueno explica que esos datos le brindan información importante al minorista. Por ejemplo, el gerente de una tienda podría determinar no solo qué productos son los que más interesan a los compradores, sino también qué pasillos están saturados de gente y podrían provocar cuellos de botella. Además, el software podría identificar cuándo hay más o menos compradores y en qué pasillos hay menos gente que en otros.